Muchos pacientes no saben lo que les ocurre pero sí notan que no están bien, no pueden dormir, con el ánimo bajo, inestables, inseguros e incluso temerosos. Les cuesta relacionarse con las personas del entorno y se encuentran solas. A veces, es un familiar el que nos preocupa, pues no lo vemos feliz y no sabemos cómo ayudarle.

 

En estos casos siempre se recomienda acudir a un profesional que pueda evaluar qué síntomas se están danto y en qué contexto la persona los está presentando, así como los antecedentes médicos y psicológicos, su desarrollo emocional y la evolución en el tiempo.

 

Es importante establecer también cuáles son los antecedentes físicos, ya que puede haber una relación directa con lo que el paciente está sintiendo en ese momento. El Psiquiatra te va a ayudar con una visión global, para poder determinar qué es lo que te está ocurriendo, si existe un problema grave o no, y va a evaluar si se padece una patología o si se trata de síntomas reactivos a una situación vital como una ruptura matrimonial, un duelo o una adaptación inadecuada al entorno. Éstas son situaciones menores pero que en muchas ocasiones pueden producir mucho sufrimiento.

 

Algunas personas deciden acudir al Psiquiatra simplemente para mejorar el manejo de sus emociones o iniciar un proceso de crecimiento personal y autoconocimiento.